OSOS: LA COMUNICACION DE LOS GRANDES MAMÍFEROS



El gran macho en el muladar de Strambei en Rumania

Tradicionalmente, los osos pardos han sido considerados animales huraños y malhumorados. Sus conocidas marcas en los árboles como señales de propiedad, advertencias para congéneres que osen invadir su territorio.

Sin embargo, los investigadores apuntan en la actualidad en otro sentido. Los osos pardos evitan normalmente el encuentro con otros miembros de su propia especie, pero tienen establecido un sistema de comunicación indirecta, principalmente químico y también visual que establece una normativa no escrita y oculta a nuestra percepción de sapiens sin decodificador. Nuestra especie accedió en un momento de su historia a una manipulación simbólica  de la información que recibía de su entorno. Esta nueva y revolucionaria forma de ver el mundo nos dio acceso al lenguaje, al arte y a un desarrollo como especie sin precedente conocido en la historia del planeta. No obstante, quizá  este suceso que iluminó la mente humana en el Edén africano que nos vio nacer, resultó ser el pecado original que nos expulsó de la comunicación química interespecífica. Con sus marcas olorosas, otras especies de mamíferos comunican información no sólo a otros miembros de su especie sino también a otras especies con las que coexisten.
 
En los senderos que utilizan los osos pardos existen centros de comunicación intraespecífica que suelen tener como soporte físico los troncos de los árboles, aunque también pueden ser vallas de madera, señales indicadoras, casetas forestales, etc. Los plantígrados muerden, arañan y se restriegan contra estos puntos, dejando su enigmático mensaje. Los osos pardos se mueven por inmensas áreas vitales, que no territorios, pues no parece que hagan una defensa activa de estas porciones de hábitat en uso. Entonces, si las marcas en los árboles no son carteles de propiedad, ¿cuál puede ser su significado?

Los oseznos en los Cárpatos rumanos 

Las osas educan a sus oseznos durante un largo periodo de tiempo.  Este periodo de contacto estrecho entre madre e hijos, incluso hibernan acurrucados dos inviernos, forma la personalidad del futuro oso adulto. Entre el cuidado y la educación que la osa proporciona a su prole  se encuentra la transmisión del conocimiento de las reglas de la sociedad ursina. La comunicación química permite que estos animales que evitan los encuentros directos entre ellos, salvo los casos de grupos familiares como los comentados o agregados en la época de celo, mantengan la cohesión social. 
 
Durante nuestros tours, en el valle de los Cunqueiros, en Asturias, hemos podido observar marcas en los árboles de oseznos, justo bajo las de individuos adultos, entre los que se cuenta su madre. También se puede observar este comportamiento en vídeos y fotografías capturados por cámaras de fototrampeo. La osa inicia a los cachorros en su relación con los árboles y les enseña su utilidad. Alimentarse de sus frutos, escapar de un peligro trepando y comunicarse con el resto de osos del territorio.

Arañazos de oso en una colmena del bosque

Una situación en la que se puede observar la vida social de los osos pardos es en los puntos donde la comida es muy abundante. El ejemplo más conocido sería el de los ríos salmoneros de Alaska y Kamchatka, pero también se da en grandes vertederos en Yellowstone, en prados querenciosos para los Grizzlies,  donde pastar en  primavera o recolectar frutos en sazón en la otoñada. En esos lugares, el naturalista atento puede observar que existe una jerarquía entre los osos. 

Esta jerarquía la hemos podido observar en nuestros viajes a los Cárpatos. En los puntos de alimentación suplementaria hemos acumulado con nuestros viajeros naturalistas horas de observación de la fauna que acude al lugar. Durante cada sesión, observamos desde el hide a varios ejemplares que entran en el claro del bosque habilitado para su observación. Pueden coincidir físicamente diferentes individuos.

La observación directa y la colocación de cámaras de fototrampeo nos han permitido estudiar cómo los osos que frecuentan este lugar entran a comer, pero también marcan y huelen los numerosos troncos con marcas de la zona. Se comunican. Y es ahí donde se establecen las jerarquías en función de la información que recibe y deja cada individuo. Una verdadera red social ursina.

Hemos podido observar hembras entrar con oseznos de segundo año, a punto de independizarse. Las madres suelen comportarse con prudencia y atención a su entorno y los jóvenes con despreocupación. En cambio, si los jóvenes son ya independientes, solos o acompañados de sus hermanos, la cosa cambia. Aunque acuden al sitio donde su madre les enseñó que podían encontrar alimento fácil y en abundancia, se saben los últimos del escalafón jerárquico. Se muestran nerviosos y asustadizos. Esquivan la presencia de los grandes ejemplares marchándose rápidamente en cuanto barruntan su presencia. Incluso hemos observado a dos hermanos huir del lugar en el momento de percatarse de la presencia oculta a nuestros ojos de una manada de lobos.

Raras veces aparece con luz del día algún gigantesco macho adulto. Según me explica Ati, el veterano ranger, el dominante de la zona tiene 29 años y pesa más de trecientos kilos. Este titán se alimenta despreocupadamente, sin que quede ningún otro oso joven a la vista. No comparten el escenario grandes jabalíes, como hemos visto en otras ocasiones verracos que rivalizan en tamaño con los osos adolescentes. Únicamente se da el caso de que alguna hembra adulta solitaria se alimente a unos pocos metros del osazo, que mantiene su imperturbable  dignidad olímpica.

Naturalista de observación de comportamientos en la naturaleza

Como naturalista, me siento irresistiblemente atraído por la comunicación química de los mamíferos. Es uno de los arcanos del comportamiento animal que quizá nunca lleguemos a descifrar por completo. Los viajes con Ecowildlife me ofrecen observar muchas de las especies animales más atractivas del planeta en sus hábitats y la oportunidad de saciar mi curiosidad sobre ellas. En los próximos meses y el próximo año, estaré ligado a algunas salidas como la de los lobos en la Sierra de Gaudarrama, los cinco grandes mamíferos en Kenia o las sendas del oso en los cárpatos rumanos, espero que me podáis acompañar a alguna de ellas y poder poner en práctica observaciones para discernir estas actitudes y comportamientos de los grandes mamíferos.


JOSE CARLOS DE LA FUENTE

Comentarios

Entradas populares