El zorro y las grullas. Otoñada en Gallocanta.
Ha salido el sol y levanta la
niebla en el frío amanecer otoñal. Casi a las puertas de Tornos, un zorro
acecha a algún roedor en la cuneta de una carretera local. Detenemos el coche a
una distancia prudencial del raposo, porque la carretera está desierta, si se
nos exceptúa a nosotros y al cánido. Éste hace un intento y se lanza hacia
adelante sin mucha convicción, pero falla.
Perezoso, cruza la vía y se
sienta en la solana, para rascarse con placer evidente. Después de una noche heladora,
en la que ha hecho alguna incursión por el dormidero de las grullas de la
laguna, solearse es muy agradable. Aunque hay treinta mil de estas zancudas
estos días en Gallocanta, no son presa fácil para un zorro, ni siquiera cuando
duermen. Con los pies metidos en el agua y en un agregado semejante, capturar
una grulla es todo un desafío, incluso para un tipo tan hábil en su oficio.
Vídeo de la otoñada de Grullas en Gallocanta
Durante el día, las grullas están repartidas alimentándose por las sementeras. Algunos machos ceremoniosos danzan y cantan anticipando las paradas nupciales, que tendrán lugar cuando vuelvan a la tundra. Si el zorro supiese leer las anillas de color amarillo que portan algunos jóvenes hermanos, sabría que nacieron en Finlandia.
Los campos donde se alimentan los
bandos son espacios abiertos en los que el cánido no puede acechar y, a pesar
de su aparente despiste, siempre hay ejemplares vigilantes. Si lo detectan
cerca, las grullas se reagruparán en una cerrada falange, invulnerable para el
pequeño cazador pelirrojo.
Sin embargo, cuando vuelva la noche, el zorro volverá a tentar la suerte, como atestiguan sus rastros que han pisado las propias huellas de las grullas en los sembrados.
El otoño de las estepas ibéricas
se va contando en las pequeñas historias de sus habitantes más salvajes.
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Gran narración como siempre amigo, yo las he visto nacer en Islandia y Polonia, es otro momento mágico de la naturaleza
ResponderEliminarGracias, compañero. Poder observar el ciclo completo de una especie migradora, como la grulla común, es un hermoso privilegio que tenemos en Ecowildlife.
EliminarQue bonito! parece sacado de una fábula. Casi siempre la naturaleza supera la ficción!
ResponderEliminarSi te aupas a hombros de gigantes, como Disney o Rodríguez de la Fuente, aprendes que inspirarse en las fábulas clásicas es una estupenda manera de narrar historias de la naturaleza.
ResponderEliminarGracias, Jaume.
Hace poco más de una semana pasó un grupo volando alto por aquí… irían de camino 😉 Encantador relato como siempre… Un saludo JC (Nuria)
ResponderEliminarLas grullas son heraldos cantores del Otoño, por toda nuestra geografía. Gracias por tu comentario. Un abrazo, Núria.
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