El zorro y las grullas. Otoñada en Gallocanta.

 

Ha salido el sol y levanta la niebla en el frío amanecer otoñal. Casi a las puertas de Tornos, un zorro acecha a algún roedor en la cuneta de una carretera local. Detenemos el coche a una distancia prudencial del raposo, porque la carretera está desierta, si se nos exceptúa a nosotros y al cánido. Éste hace un intento y se lanza hacia adelante sin mucha convicción, pero falla.

Perezoso, cruza la vía y se sienta en la solana, para rascarse con placer evidente. Después de una noche heladora, en la que ha hecho alguna incursión por el dormidero de las grullas de la laguna, solearse es muy agradable. Aunque hay treinta mil de estas zancudas estos días en Gallocanta, no son presa fácil para un zorro, ni siquiera cuando duermen. Con los pies metidos en el agua y en un agregado semejante, capturar una grulla es todo un desafío, incluso para un tipo tan hábil en su oficio.           

Vídeo de la otoñada de Grullas en Gallocanta

Durante el día, las grullas están repartidas alimentándose por las sementeras. Algunos machos ceremoniosos danzan y cantan anticipando las paradas nupciales, que tendrán lugar cuando vuelvan a la tundra. Si el zorro supiese leer las anillas de color amarillo que portan algunos jóvenes hermanos, sabría que nacieron en Finlandia.

Los campos donde se alimentan los bandos son espacios abiertos en los que el cánido no puede acechar y, a pesar de su aparente despiste, siempre hay ejemplares vigilantes. Si lo detectan cerca, las grullas se reagruparán en una cerrada falange, invulnerable para el pequeño cazador pelirrojo.


Sin embargo, cuando vuelva la noche, el zorro volverá a tentar la suerte, como atestiguan sus rastros que han pisado las propias huellas de las grullas en los sembrados. 

El otoño de las estepas ibéricas se va contando en las pequeñas historias de sus habitantes más salvajes.

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Comentarios

  1. Gran narración como siempre amigo, yo las he visto nacer en Islandia y Polonia, es otro momento mágico de la naturaleza

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    1. Jose Carlos de la Fuente Fernandez12 de diciembre de 2024, 8:22

      Gracias, compañero. Poder observar el ciclo completo de una especie migradora, como la grulla común, es un hermoso privilegio que tenemos en Ecowildlife.

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  2. Que bonito! parece sacado de una fábula. Casi siempre la naturaleza supera la ficción!

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  3. Si te aupas a hombros de gigantes, como Disney o Rodríguez de la Fuente, aprendes que inspirarse en las fábulas clásicas es una estupenda manera de narrar historias de la naturaleza.
    Gracias, Jaume.

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  4. Hace poco más de una semana pasó un grupo volando alto por aquí… irían de camino 😉 Encantador relato como siempre… Un saludo JC (Nuria)

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    1. Jose Carlos de la Fuente Fernandez12 de diciembre de 2024, 11:20

      Las grullas son heraldos cantores del Otoño, por toda nuestra geografía. Gracias por tu comentario. Un abrazo, Núria.

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