BURGOS: Paleolítico Vivo, inmersión en la prehistoria

 

Uno de los bisontes de Paleolítico Vivo.

No, no es un parque temático. Paleolítico Vivo está lejos de los complejos de merchandising y palomitas, la comida rápida y, ver por ver, especies animales. Aquí se trata de la prehistoria de nuestro país pero desde una perspectiva de conocimiento, de sumergirte en la historia de la humanidad como especie.

Se trata de una experiencia inmersiva, en conocer el entorno de la Península Ibérica a través de las especies animales que poblaban esos valles y laderas hace 10.000 años. Pero también es educación, conocimiento y ciencia ciudadana a través de un recorrido que nos habla de cómo vivían nuestros ancestros, de cómo era su día a día, de profundizar en su modo de vida.

Paleolítico Vivo nos invita a vivir la prehistoria desde el entorno de la provincia de Burgos, en el Valle del Juarros, mientras resuena el rotundo nombre de Atapuerca, un nombre que es en sí mismo el eco de la antigüedad y que se ha confirmado como uno de los sitios prehistóricos más significativos de Europa. Los fósiles humanos descubiertos allí, que datan de hace 1,2 millones de años, no solo son testimonio de la larga historia de la presencia humana en el continente, sino que también han puesto este lugar en el mapa mundial como la segunda cuna de la humanidad en términos de antigüedad, solo superada por Olduvai en Tanzania.

La península ibérica, con su rica historia de arte rupestre, nos cuenta una historia fascinante de la vida durante el Paleolítico. En las cuevas de España y el sur de Francia, nuestros ancestros plasmaron en piedra la fauna de su entorno, dejando tras de sí un legado artístico que se extiende desde hace 40.000 hasta 5.000 años atrás. Sin embargo, con la llegada del Neolítico y la domesticación de animales, comenzó un cambio drástico: el declive de los grandes herbívoros salvajes. La caza intensiva por parte de la nobleza, pastores y campesinos llevó a muchas de estas especies a la extinción, aunque algunas lograron sobrevivir en rincones remotos del mundo. Ese es el testimonio que nos muestra Paleolítico Vivo, un lugar que no solo ofrece un espectacular mirador al pasado, sino que también proporciona las claves fundamentales para entender nuestra propia sostenibilidad y continuidad como especie.

Y es en ese marco del resurgir de la prehistoria donde realiza su actividad Paleolítico Vivo, un lugar donde podemos desde tallar una piedra para hacerla una punta de flecha, hasta disfrutar de unas jornadas gastronómicas de la prehistoria o vivir en un campamento de naturaleza tal y como hacían nuestros antepasados. Ver de cerca los bisontes, uros y los caballos lonsinos, recién llegados al Valle del Juarros. De eso se trata, de conocimiento pero también de disfrute y ciencia porque no se puede cuidar y defender lo que no se conoce.

Uno de los caballos lonsinos recientemente introducidos en Paleolítico Vivo. Foto: Manuel Mola Hurtado

Comentarios

  1. Un lugar para no perderse si se visita Burgos, y si eres de Burgos deberías haber ido ya.

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    1. Indagar en lo que fuimos para conocernos mejor hoy, Burgos como referencia mundial de nuestros ancestros

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  2. Sin duda, una visita única para recordar siempre y repetir a menudo. Totalmente recomendable. ¡No te la puedes perder!

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    1. Un lugar a para el pensamiento de cómo fue este territorio hace miles de años

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  3. Es un sitio especial, super recomendable para ir con niños y adultos. Te hace sentir en plena naturaleza prehistórica.
    Para repetir sin duda.

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    1. y sobre todo que los peques entiendan que hubo un pasado donde la naturaleza ocupaba el centro de nuestro universo

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