MELONCILLO: EL CAZADOR CAZADO



Bajo el matorral mediterráneo un carnívoro de aspecto peculiar se desplaza trotando ruidosamente. En pequeños grupos familiares y con todos los individuos unidos en una hilera cruzan los caminos como una exhalación. Sus cuerpos y cola alargados y unas patas cortas les hacen parecer un solo animal que se desplaza pegado al suelo cual gigante y extraño ofidio peludo. 

El desconocimiento e imaginación popular entre la gentes de las zonas rurales en las que habita ha derivado en infinidad de leyendas o mitos; desde ataques a ovejas o recentales de ganado doméstico a la pavorosa imagen de la gigantesca serpiente peluda. que han acabado por crearle muy mala fama a la única especie de mangosta que se puede ver en la península Ibérica. 

En las imágenes de nuestras cámaras trampa, el pequeño y poco conocido carnívoro muestra su fascinante aspecto y comportamiento. 

De hábitos básicamente diurnos, está distribuido principalmente por el suroeste peninsular, sur de Portugal, Extremadura y Andalucía occidental. Su alimentación se basa principalmente en pequeños gazapos que consigue cazar excavando en sus madrigueras ayudándose de sus potentes garras, así como infinidad de reptiles y anfibios, entre ellos nuestras víboras o grandes culebras, micromamíferos e invertebrados y carroñas. Pareciendo ya una especie común en zonas del centro peninsular y habiéndose empezado a citar en los últimos años en provincias como Zamora o Valladolid, la mangosta común o meloncillo, (del latïn Meles), parece mostrar una tímida aunque regular expansión hacia el norte.

Esta primavera salimos al parque natural de Doñana, al territorio del lince a un taller donde incidiremos sobre todos los mamíferos del bosque mediterráneo, entre ellos el Meloncillo.

MANUEL SOSA

Comentarios

  1. Siempre se agradece esta autenticidad. Textos e imágenes fruto del conocimiento de campo.

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    1. si, se nota bastante, y en este caso como tu ben conoces, el autor es "auténtico" jajajaja

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  2. Auténticos son los animales. El rastro de la fauna, la monitorización con el fototrampeo o los avistamientos directos sobre el terreno nos hace sentir que en absoluto le somos ajenos, sino que tenemos con ellos una relación etológica interespecífica como la tienen con el resto de especies vivientes con las que comparten los ecosistemas.

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  3. Bien dicho Manuel, a lo mejor te propongo debate como el que tuvimso el otro dia en el campo del hombre y los animales, toreros incluidos, jajajaja

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