LA FIO SE SIGUE CONSOLIDANDO COMO EL FESTIVAL DE LAS AVES NACIONAL

Pese a que le van saliendo competidores por doquier y que es la mano de la institución pública de la Junta de Extremadura la que está detrás de la Feria Internacional de Turismo Ornitológico, el FIO se consolida como el certamen por excelencia en torno al mundo de las aves en nuestro país.

Hacía unos años que no asistía personalmente y este año decidí aceptar la invitación que, como cada año, nos hace la empresa pública encargada de su gestión.

Estuvimos un año como expositor, varias como simples visitantes y este año quisimos estar en la Bolsa de Contratación para conocer de cerca las empresas que en España se atreven a asistir y ofrecer sus productos relacionados con la ornitología y el turismo de observación. En general una buena experiencia, y no solo por la excelente organización, sino por la calidad, afortunadamente cambiante en los últimos años, de las empresas y organismos ofertantes de productos y servicios.

El lugar destinado a las exposiciones y talleres, cumple expectativas con excelentes autores y renombrados ponentes. Un espacio muchisimo más grande de lo que recuerdo en mi última visita. Las actividades hacen la delicia de los visitantes y los acercan al turismo de observación y el parque nacional de Monfragüe, lugar único en nuestros ecosistemas y como todo, falto de educación ambiental y conocimiento. En este punto debo lanzar una admiración grandiosa a la labor de la empresa pública de acercar a la Fio a las poblaciones cercanas y a los habitantes del entorno con talleres, ciclos y actividades durante todo el año y no solo en periodo FIO.

La carpa de expositores sea quizás la menos espectacular, debido en parte a la crísis, debido en parte a la escasa profesionalización del sector ornitológico, con muchas empresas neoprofesionales y muchas administraciones tuteladoras de la actividad pero, de escaso técnicos especialistas en la materia. Debe hacer también una crítica dura a los recitales, ferias, ferietas y eventos entorno al mundo del birdwatching que surgen al amparo de recursos públicos con escasa o nula profesionalización y sobre todo con total desconocimiento del sector. Más actividades de naturaleza formativa y menos pseudo-concentraciones en busca de medallas o intereses ajenos a lo real.

El área dedicada a la fotografía y la observación profesional, como siempre, expectacular, con casi todas las marcas exponiendo sus mejores y más modernas "armas". Solo un pero, ya que no todo vale. Para hacer un taller de fotografía ornitológica, no hace falta traer a un cetrero con sus aves cautivas y exhibirlas con total tranquilidad en un espacio dedicado al acercamiento a espacios y lugares donde las aves son las reinas y no las víctimas. Dice muy poco en favor del encuentro.

Y por último, los encuentros comerciales entre vendedores y compradores, esta vez si, muy bien organizados y con una lógica para nuestro sector más acorde que la última vez que estuve. Del lado de los vendedores, hay de todo, pero las ganas de abrir mercado y de hacerse grande ya se nota y pude acercarme a productos y personas que quizás, tengamos pronto en nuestro producto de Wildlife Spain y Ecowildlife Travel. Del lado de los compradores algo más justo el tema, algunas empresas con verdadero caracter "bird" y experiencial, otras con ganas de conocerlo y algunas que ya van siendo clásicas en el tener presencia en cualquier lugar si los invitan ( un clásico en nuestro sector) y que quizás la organización debería obviar en otros encuentros.

Aún así, un notable alto para la organización y el agradecimiento de haber conseguido hacerme ir a un festival que cada día se consolida como la apuesta más clara del mercado español para la creación un espacio único en el mundo del turismo de observación y el birdwatching. Enhorabuena Extremadura.